¿Al agua pato?
Llegaron las inmersiones y entonces el estrés, éstas se hacen previo trabajo de roces de la cabeza con el agua para que el chavito aprenda a contener la respiración pero aún así esas sumergidas nos ponían un poco nerviosos tanto al fulanito como a nosotros, el fulanito fue un valiente y se las aventó muy bien. Cuando tuvimos que pasearlo bajo el agua ya no le agradó tanto el asunto, así que cada que había que sumergirlo primero Má y yo nos teníamos que relajar y después de dicha acción le festejábamos con bombo y platillo la súper hazaña del fulanito bajo el agua…
Después de una clases donde hubo cerca de 5 inmersiones el fulanito no lo disfrutó para nada, lloró mucho cuando las maestras lo sumergieron por lo que ya no le pareció divertido y el chamaquito decidió que ya no quería hacerlo así que la siguiente clase se la pasó pegando la boquita al cachete de Má abrazándola y nunca la soltó…durante esa semana no quiso contacto alguno con el agua, no quería ni bañarse así que de plano decidimos no llevarlo a estimulación acuática y dejamos que se relajara para que agarrara confianza de nuevo y así los tres nos des-estresábamos un poco del asunto. Lo curiosos es que el chamaquito no tiene miedo alguno por la alberca si salimos de viaje, pero si vamos a clases se niega rotundamente a entrar.
El fulanito no disfrutó del agua, igual para cuando crezca un poquito probaremos de nuevo la onda acuática, por lo pronto va a clases en piso. El que conviva con chavitos de su edad nos parece muy importante, veremos que tal le va porque seguro las chupadas y manotazos estarán a la orden del día.
El fulanito no disfrutó del agua, igual para cuando crezca un poquito probaremos de nuevo la onda acuática, por lo pronto va a clases en piso. El que conviva con chavitos de su edad nos parece muy importante, veremos que tal le va porque seguro las chupadas y manotazos estarán a la orden del día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario