Un fin ajetreado
El fulanito tuvo un fin de semana agotador, empezando desde el viernes que visitó a su abuela materna y a su tío. Pero eso no es lo que lo cansa lo que lo agota es que anda detrás del Poncho (el schnauzer de Má que ahora está con los abuelos) y no para ni un segundo, no duerme la siesta, come a duras penas esperando ya el momento de bajarse de la silla para seguir dándole lata al perro. Así que acaba más que cansado e incluso se duerme antes y cuesta mucho trabajo despertarlo para que se tome la lechita nocturna, por lo que optamos por dejarlo descansar, eso sí a la 1 de la mañana el joven exigió la leche que no se tomó, después de harto tiempo de no hacerlo preparamos mamila en la madrugada.
El sábado el fulanito se levantó más o menos temprano y comenzó a dar lata desde cómo las 7 de la mañana a pesar de lo cansado que terminó el día anterior y a diferencia de otros días estuvo bien tranquilito viendo tele o jugando con sus juguetes. Ya por la tarde fuimos a visitar a los abuelos paternos mientras Má se fue a comer con sus amigas. La salida estuvo muy bien y el chamaco se quedó jugando con los abuelos hasta las 8 de la noche…tampoco paró y anduvo de un lado para otro.
El domingo nos fuimos a conocer a la bebé de una amiga, estudié con ella en la universidad y llevamos una buena amistad así que nos lanzamos hasta Lomas verdes para visitarla. Salimos relativamente temprano de la casa y a pesar del tráfico estuvimos con la familia toda la tarde. Los nuevos Papás andan felices de la vida y los abuelos…ni se diga! El fulanito se portó bien con la nueva chamaquita pero es un celosos de lo pior y no le gustó mucho que su Má la cargara. Pero esto no fue lo que emocionó al fulanito, lo que llamó su atención fue un perro gran danés que tienen en casa, el cachorro de 5 meses esta enorme y el chamaco andaba feliz de la vida de un lado para otro tratando de llamar su atención. El perro estaba fuera porque al parecer le dio alergia a la bebé, pero eso no fue impedimento y el fulanito se asomaba por la puerta cada vez que podía, le gritaba e incluso salía corriendo todo emocionado cuando el perro lo veía.
Ya para rematar nos fuimos a visitar a los abuelos maternos porque el abuelo no había visto a su nieto y este tuvo su tercer o cuarto aire del día y se puso a bailar, a correr, a lanzar pelotas y a perseguir al poncho por todos lados…ufff no se cansa!! Es impresionante que pueda seguir y seguir y seguir…eso sí, no más llegó a casa a tomarse su leche y el fulanito se apagó para cargar pilas de nuevo…
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