Al fulanito le gusta dibujar o más bien hacer trazos de todos colores sobre un cuaderno o libro. Le ha agarrado el gusto a dicha acción desde hace un par de meses y puede estar un buen rato clavado en su dibujo. Por suerte es un chamaco muy limpio y si por accidente pinta el piso el fulanito corre a la cocina por la toalla que está colgada en la estufa para limpiar su desastre, a diferencia de lo que creímos que pasaría porque yo de plano ya veía paredes, closets, puertas y pisos llenos de las obras de arte de este chamaco.
El fulanito pinta con todo desde un lápiz o pluma pasando por los crayones pero lo suyo lo suyo son los plumones, lavables por supuesto para evitar cualquier tipo de accidente. Su dinámica es abrir el libro o cuaderno en el que va a pintar en una hoja al azar, agarra el plumón con una mano mientras le quita la tapa con la otra y hace círculos por todos lados, después tapa el plumón, lo deja fuera de la cajita y toma otro, lo destapa y comienza a hacer círculos nuevamente….y así está un buen rato pintando hasta que llena la hoja de color.
Má le ha comprado varios libros para colorear pero el favorito del fulanito es un cuaderno gordito de hojas blancas que tiene el tamaño justo para que lo lleve a todos lados ya sea dentro de casa o en casa de los abuelos. Lo abre en donde caiga todo el tiempo, hace uno o dos trazos y si no le gusta cambia de hoja, si se topa con un dibujo viejito lo completa o vuelve a cambiar de hoja…la verdad aun no entiendo bien su lógica pero pocas veces se queda en un mismo dibujo.
Cuando el chamaco comenzó a practicar esto del arte de pintar lo hizo en un cartón que le di con unos plumones mientras estábamos sobre la cama, el fulanito no se dio cuenta que el cartón se le terminaba y siguió muy quitado de la pena con su obra de arte sobre la colcha de Má quien por supuesto asumió que yo lo había hecho a propósito. Sucede que en casa existe la teoría de la conspiración entre el fulanito y yo para deshacernos de la dichosa colcha que nunca me gustó, pero los plumones que utilizó el fulanito eran lavables y después de una metida a la lavadora la colcha regresó a su lugar muy a mi pesar.
Es rico ponerme dibujar con mi chamaco un buen rato, porque está todo atento a lo que le hago y pasamos un momento juntos. Má dice que a veces disfruto más yo esto de la pintada que el mismo fulanito pero me gusta que me pida cosas para dibujarle y hacérselas para que él después las mejore poniéndole harto color o de plano desapareciendo bajo sus trazos el primer boceto que le marqué.
Nunca falta esta actividad en la rutina del fulanito, pintar es parte de él, de lo que le gusta hacer y compartir, unas veces lo hace solo y otras tantas pide compañía pero de que es algo que disfruta no me queda la menor duda.
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