El juguete de batalla…

El fulanito tiene sus juguetes de batalla… son un par y le han gustado desde que llegó con nosotros, ahora sí que de la vista nació el amor porque aún no los podía tocar pero ya mostraba interés en ellos. Su favorito y con el que se entretiene un chorro es un caballo de Learning Curve-Lamaze, que tiene hartos de colores y texturas. A principio lo colgábamos, como no teníamos con que le hicimos un amarre con un hilo dental desde la lámpara para acomodarlo justo arriba de la cara del fulanito, lo girábamos y podía verlo por horas, también lo adaptamos para traerlo en la carriola y fue una pieza fundamental para sobrellevar los viajes en la sillita del auto cuando hacía drama.

Este mismo caballo fue la emoción total cuando el chamaquito lo pudo tocar y chupar, no dejaba de sentirlo y apachurrarlo e incluso hasta de sonaja sirvió, aún le encanta chupar la pata color naranja con cascabel. Este juguetito no sólo fue la sensación del fulanito, una tarde se lo presumí a mi hermano, su Má dice que estábamos el tío y yo clavadísimos viendo y tocando el caballo, ella reía mientras escuchaba nuestro intercambio de comentarios: mira, que rico se siente… y por acá se le levanta…y aquí hace ruido… y si le apachurras suena… no manches! …

Ahora este artefacto siempre nos acompaña y nos salva cuando el fulanito está inquieto.

La inspección del fulanito

Cuando Má o yo nos encontramos ocupados, dejamos al fulanito en su cuna para realizar nuestras actividades, nos turnamos para echarle un ojito y checar que esté a gusto y seguro.

A los pies de su cuna el fulanito tiene gran parte de sus juguetes, sobre todos aquellos que son de peluche, como es de esperarse este chamaco no se está quieto ni un ratito y ha encontrado la manera de llegar hasta el pie de su camita -rodando- Lo interesante del asunto es que selecciona los juguetes con los cuales se entretendrá en los siguientes minutos, la prueba que cada uno tiene que pasar es dura: en principio es indispensable que estén a su alcance porque por más que se estira aún no se levanta del todo así que los ganones son los juguetes que están hasta abajo, después viene la prueba del tacto, si la textura le es agradable al inspector fulanito el juguete pasa a la siguiente etapa: el sabor, sí, el fulano los chupa y los chupa bien, creo que esta es la prueba más dura y las más importante de todas. Si el artefacto elegido no cumple con estos tres criterios es arrojado al otro lado de su cunita y continúa el siguiente juguete, así el chamaquito latoso se la puede pasar un buen rato evaluando cada muñeco para al final, seleccionar el que será el favorito durante las próximas horas.

Abua didi gaga abua…

El fulanito platica mucho…comenzó a hacerlo desde que cumplió los dos meses, las abuelas estaban asombradas de lo rápido que empezó a emitir ruiditos. Cada día hace ruidos nuevos y pone más atención en lo que le decimos. Antes, cuando era más pequeño, tenía la extraña costumbre de levantarse a las tres de la mañana para departir, en verdad que era algo importante para este fulanito porque no se dormía hasta que su Má y yo le poníamos atención y terminaba de contarnos lo que quería decir, sólo hasta entonces regresaba a su sueño, mientras nosotros seguíamos con el ojo pelón en plena madrugada tratando de dormir nuevamente. Según su Má, el chamaquito siempre fue nocturno y justo a esa hora de la madrugada comenzaba a dar lata cuando estaba en la panza, suponemos que por eso tomó la extraña costumbre de platicar a esa hora.

Yo me la paso haciéndole ruidos, el fulanito me voltea a ver y unas cuantas veces ha repetido el mismo sonido, se avienta sus soliloquios y gritos ya famosos entre todos nuestros vecinos, pues según la persona que ayuda a en el edificio el chamaco es escuchado hasta la planta baja (nosotros vivimos en el tercer piso). Cada vez sus ruidos son más elaborados, me gustan y ya quiero que comience a platicar para que me comparta como ve el mundo…

La guerra contra los calcetines.

Desde hace días el fulanito juega con sus pies, le llaman mucho la atención y la se la pasa agarrándolos, los ve, los apachurra e incluso puede estar sólo sujetándolos mientras platica, ve la tele o come. Le encanta sentirlos por lo que los calcetines suelen estorbarle para disfrutar de su nueva actividad, cuando esto sucede el fulanito decide declararles la guerra y no descansa hasta cumplir con su cometido. Así que los sujeta desde la punta y los jala con ambas manos, mientras lucha contra el estorbo hace miles de ruidos, puja hasta ponerse rojo, grita y cuando por fin queda con el calcetín en la mano suelta una carcajada en señal de victoria…

Al terminar con uno sigue con el faltante, o si es posible y el enemigo se lo permite, saca los dos de un jalón. No está de más decir que también ya sabe aventar las cosas por lo que los calcetines van a dar lejos…así el fulanito puede regresa a jugar con sus pies.

Rueda que rueda…

Ahora que el fulanito es un gusano y se mueve muchísimo no solamente estamos más al pendiente de lo que hace, también hay que ponerle más actividades para que no se aburra y comience a gritar como sólo él lo sabe hacer. Aún no gatea pero le gusta rodarse por todos lados y en todas direcciones, no lleva un rumbo fijo pero se pone panza pa´ abajo y panza pa´ arriba tan rápido que a veces lo cachamos en pleno movimiento para que no se nos vaya lejos.

Rueda en la sala, en su cuna, en nuestra cama, en la cama de los abuelos, en los sillones…en todos lados, para no cortar su camino el tapete (o alfombra) de la marca Chicco ha sido una buena opción, que por cierto también fue un regalo. Nos lo llevamos a todos lados, y aunque parece que salimos de viaje como por una semana, el fulanito es feliz porque rueda pa´ un lado y pa´ el otro tocando las texturas, viendo los colores y lo mejor de todo es que se puede mover sin el peligro de caerse (claro, colocando el aditamento en el piso). Pero este fulanito no sólo explora el tapete, ya descubrimos al chamaquito un par de veces quitándolo para poder chupar el piso…

Es un tentón…

Por las tardes el fulanito está cansado y podría decirse que un poco aburrido después de experimentar toda clase de juguetes y actividades con su Má. Cuando llegó a casa nos hacemos ojitos… le gusta que lo cargue y andar de tentón por todo el departamento. Le basta con estirar la manita e ir sintiendo toda clase de texturas y sensaciones mientras lo paseo y platicamos. Me encanta porque cuanto percibe algo que le gusta hace una cara que parece decirme: "¡No manches! ¿A poco no está padrísimo?" y así va explorando durante un buen rato un chorro de cosas…

Toca todo lo que se le atraviesa: las paredes, las persianas, le encanta resbalar sus manitas en la puerta y sentir la textura de una cortina de madera…va sonriendo y haciendo muchos ruiditos, en particular disfruta agarrar una figura de barro en forma de luna, se avienta para pescarla y aunque a Má no le gusta mucho que la toque, el chamaquito se vuelve loco cuando se la prestamos.

El fulanito y su móvil…

El fulanito se aburre de volada y cuando eso pasa se pone incomodo y grita a todo lo que da, tiene buenos pulmones, así que Má y Pá hemos tenido que inventarnos cantidad de cosas para que esté ocupado todo el tiempo. Por suerte a la llegada del chamaquito nos cayeron hartos regalos de todo tipo, los juguetes han sido de lo mejor porque tenemos cosas que nunca vimos o que no se nos hubiera ocurrido comprar.

De las cosas que nos salvaron fue el móvil de los juguetes Chicco, así descubrimos que al fulanito le encantan estos aparatos, incluso la voz se pasó entre las tías y en navidad recibió dos artefactos más.

Cuando llora o de plano no sabemos que hacer con él lo dejamos en su cuna, prendemos el móvil y el chamaco puede estar un buen rato viéndolo y escuchando la música, incluso lo cachamos platicando con los monitos que dan vueltas. Es padrísimo ver como el fulanito se pone contento cuando ve su móvil, se mueve todo como si quisiera correr, su cara dibuja una sonrisa enorme y grita de la puritita emoción…

Al fulanito le encanta el cereal…

Cuando la Má del fulanito se va a la maestría me toca quedarme con él, antes era más sencillo sólo tenia que darle una toma de leche, pero ahora que comenzó a comer alimento sólido me toca darle también el cereal. Por suerte las abuelas siempre están al pendiente y puestísimas para ayudar.

La primera vez que me tocó dárselo no creí que fuera tan complicado, menos aún si Má nos dejaban el cereal preparado. Má se fue a estudiar a eso de las 8 y el cereal le tocaba a las 9. Llegada la hora lo metí al microondas de acuerdo a las instrucciones previamente dadas pero nunca conté con que el dichoso cereal se aguadaría, por lo que le agregué directamente de la lata más polvito…y al caer al plato se hizo un chorro, por suerte al fulanito le encanta el cereal y se lo comió todo!

Cuando llegó la abuela para darle su mamila el fulanito no quiso…el cereal ocupó gran parte de su estomago y prácticamente no comió nada durante todo el día hasta bien entrada la noche.

La tos del fulanito…

Durante los primeros días de vida del fulanito la atención fue toda para él, sin embargo, conforme fue creciendo Pá
y Má tuvimos que hacer otras actividades tanto en el trabajo como en casa sin dejar de atender al fulanito por su puesto, tanto así que el chamaquito este hacía el más mínimo ruido y ambos estábamos frente a él para ver que sucedía. Un buen día el fulanito comenzó a toser, nos preocupamos pensando que en nuestro papel de padres primerizos algo estábamos haciendo mal, a lo mejor no lo tapábamos bien, quizá esa ventana no debimos de abrirla, ¿le faltará otra capa de ropa?... mientras el fulanito seguía tosiendo a diario y nosotros lo cargábamos y apapachábamos…

Un buen día en uno de esos episodios de tosecita recurrente se me ocurrió sonreírle…el fulanito interrumpió su episodio y me regresó la sonrisa…ahí nos dimos cuenta que lo hacía para llamar nuestra atención, ¡y lo había logrado! Ahora cuando tose nos acercamos a toserle de la misma manera…el fulanito se nos queda viendo con cara de "chin ya me cacharon"… supongo que nos irá tomando cada vez más la medida con un chorro de cosas, por lo pronto ya descubrimos que ésta le funcionó muy bien para tenernos a su entera disposición…

El fulanito y su canción favorita….

Al fulanito le gusta harto la música, en particular la famosa twinkle twinkle little star que viene en todos los juguetes…lo calma cuando anda llorando y se sonríe cuando escucha esa canción, sobre todo cuando se la cantamos, de más chiquito le ayudaba un chorro a tranquilizarse cuando tenia cólicos y para dormir así que esta melodía se ha convertido en algo imprescindible.

Aprendió a accionar la música de sus juguetes cuando quiere oírla, incluso la puede tocar durante media hora seguida…así que twinkle twinkle little star se ha convertido en una de las canciones más escuchadas en esta casa y casi como rito diario el fulanito "nos la pone" todas las mañanas hasta quedar dormido…

Las marometas del fulanito

El fulanito es un gusano, aun no sostenía bien la cabeza pero movía los piecitos como si quisiera salir corriendo y la manitas no paraban de ir de arriba para abajo… ahora que ya tiene más fuerza su Má le enseño a rodarse por la cama para quedar boca abajo y regresar, aprendió rapidísimo y ahora gusta de dar volteretas por todos lados sin importar donde esté acostado, va y viene hasta que se cansa y queda dormido.

Cuando lo cargo el chamaquito se avienta para agarrar lo que se le atraviese, es un tentón y curioso…le encanta sentir texturas y si para ello tiene que arrojarse de los brazos de quien lo carga no o duda ni un instante, se agarra, se empuja o más bien nos empuja para llegar a su objetivo… ahora tenemos que estar muy al pendientes de él, no dejarlo solo ni un momentito ni en la cama ni el cambiador porque cuando menos lo esperamos ya está panza pa´ bajo o aventándose tratando de alcanzar cualquier cosa que llamó su atención.

Es un coqueto de lo pior…

(Por corresponsal en casa)

El Fulanito va a clases de estimulación temprana, le gusta que le canten y ver a las demás personas hacer caras y jugar con diferentes texturas, lo disfruta mucho, siempre se gana su estrellita por bien portado. Las primeras veces se cansaba y los últimos 10 minutos de la clase lloraba, por ser el más chiquito era único hasta hace poco. Valeria es su nueva compañera, tiene un mes más que el fulanito y al igual que él al principio no sabía que sucedía a su alrededor, sólo que a diferencia de éste chamaco Valeria lloró desde los primeros minutos de la clase.

El fulanito la recibió muy bien, con una sonrisa enorme y mucha curiosidad, Valeria en cambio lloró desde que entró al salón…al fulanito siempre lo sentí tranquilo y muy perceptivo, justo cuando su nueva compañerita hizo drama mientras realizaba los ejercicios en el piso, mi chamaquito coqueto estiró su manita, la tocó, le habló un poquito y le sonrío…Valeria se tranquilizó y cooperó más con la "miss" para terminar su calentamiento... fue lindo ver como mi niño realizó esa conexión con quien lo necesitaba, y sólo le nació, aunque tampoco puedo negarles que lo primero que pensé fue que este chamaco es un coqueto de lo pior…

La sillita del carro…

Para decidir cual sería la mejor sillita de viaje para el fulanito investigamos bastante porque había mucho de donde elegir, la seguridad fue lo primero para nosotros, sobre todo considerando que el fulanito iba a estar yendo de un lado para el otro con Pá y Má, con los abuelos y tíos y la locura del tráfico en esta ciudad. Después de buscar durante TODO un día nos decidimos por la silla para carro Infanti, hasta ahora nos ha funcionado muy bien y lo mejor de todo es que nos durará bastante ya que uno puede transportar en ella a bebés desde 0 hasta 4 ó 5 años.

Lo subimos desde que nació, incluso días antes esa silla estaba colocada en el carro, el fulanito la aceptó bien al principio pero a eso de la tercera semana de nacido comenzó nuestro penar por la vida de la manejada: el fulanito lloraba -y lloraba en serio- cuando era colocado en el susodicho aparato, lloró, gritó, se acaloró, sudó, desesperó a Má y Pá, las abuelas se deshacían en juegos y ruidos para distraerlo… y nada… así estuvimos durante 4 meses cuando de repente un maravilloso día dejó de llorar y disfrutó de los paseos.

Ahora ríe, grita, duerme agustísimo, plática, observa todo alrededor, avienta sus juguetes e incluso le ha dado por quererse comer el aditamento que sostiene su cabeza. Los caminos se han vuelto placenteros y tranquilos después de tanto sufrirle… es un objeto imprescindible cuando viajamos por lo que no está a discusión si se usa o no, si viajamos con él casi la mitad de la parte trasera del carro está apartado para el fulanito…

El soliloquio del fulanito.

El fulanito se levanta bien temprano, lo primero que hace es echarse un suspiro profundo y enseguida comienza a platicar, no sabemos bien a bien que quiere decirnos pero es seguro que si no le hacemos caso va levantando la voz para ser escuchado...nosotros sólo nos volteamos a ver y echamos una sonrisa bien dibujada, a ambos nos gusta despertar escuchando esos ruiditos.

Y así se la pasa casi toda la mañana, habla, echa trompetillas, se ríe, tose (ah pues resulto ser un llama la atención y descubrió que tosiendo su Pá y Má corren a ver que sucede) de repente se avienta su soliloquio de pujidos, sonrisas, grititos, gritotes...tiene uno en particular tan agudo que retumba por todo el departamento y le fascina hacerlo para oírse, para nosotros es lindo escuchar esos ruidos en casa, y yo en particular le traigo ya unas ganas de ponerme a platicar con él…

La batalla del fulanito…

Ayer el fulanito anduvo mocos de nuevo así que comenzamos a darle su medicina para evitar que la congestión nasal lo pusiera de malas o chípil, pero resulta que este chamaco odia las gotas y se ha vuelto un experto para evitar que entren por la boca: aprieta las encías y avienta con sus manos cualquier instrumento que queramos acercarle a la cara.

Así el fulanito, su Má y yo entramos en batalla para darle la dosis correspondiente, fue inútil, no pudimos, la medicina entro por todos los orificios excepto por la boca: nariz, orejas e incluso hasta los ojos… el chamaquito quedó chamagoso y lleno de liquido rojo por todos lados… incluso podría decir que hasta feliz de haber ganado esta batalla…

Sólo que el fulanito no contaba con que su Má compró el chupón dosificador de Safety 1st... así no hubo manera de que el fulanito ganara y echara pa fuera la medicina...nos ayudó mucho porque las primeras veces el fulano ni cuenta se daba de que tomaba medicina... esta vez el fulano no pudo ganarlos... marcador 1 a 1...

Tardeadas de los viernes y mañanas (medios-días) sabatin@s...

La Má del fulanito se va las tardes de los viernes y las mañanas (más bien casi medio día) del sábado a su maestría...así que en esos momentos el chamaco y yo tratamos de sobrevivir por nuestra cuenta...En particular los sábados nunca faltan las llamadas de los abuelos paternos y maternos preguntando cómo vamos…Pa' no andar tan perdidos, la Má del susodicho me dejó unas indicaciones:

Estas premisas corresponden a cuando el fulanito tenía alrededor de 3 meses…Ya con 6 meses y medio, sus horarios de comida y de siesta se han modificado un montón, así que antes de que esta información caduque del todo, meteré un requerimiento con la Má del chamaco solicitando una actualización...

Adiós, hola...

Los abuelos paternos del fulanito están de viaje y a la Má del susodicho se le hizo una buena puntada enseñarle a saludar para que les dé la bienvenida a su regreso [descripción de la escena esperada: fulanito recibiendo a los abuelos con una manita abriendo y cerrando para decirles "hola, hola", abuelos derretidos al instante]…

Para ello, la Má del fulanito se la pasó muy buena parte de dos días abriendo y cerrando la mano para que el fulanito la imitara…Funcionó: al término de ese par de días el chamaco comenzó a saludarla de vuelta (o más bien a despedirse, porque después su Má se percató que estuvo diciéndole, a la vez que le mostraba el movimiento y en todos los tonos posibles, "adiós, adiós")…

Pero la repetición constante hizo estragos en el pobre: al tercer día, mientras comía y/o se iba quedando dormido, estiraba su mano y reproducía la despedida de manera automática (por instrumentos, dice mi Apá)…

Al cuarto día el fulanito ya no respondió cuando le decíamos "adiós, adiós"…Suponemos que se aburrió o de plano decidió que era suficiente de esa gracia (cubrió su cuota mientras comía o dormía)…

Ahora su Má está intentando enseñarle el movimiento a la inversa (manita cerrando y abriendo, en lugar de abriendo y cerrando) y diciéndole "hola, hola"…

El apaciguador del fulanito…

Al fulanito le gusta el dedo (chupa el suyo, y en sus primeros meses inclusive tomaba prestado uno de má o pá), pero también disfruta el chupón o chupete (que dicho sea de paso, fue plenamente recomendado por el pediatra)…

El apaciguador (que así se le llama al chupón en inglés) nos ha sido de gran ayuda al cambiar el horario de comidas del fulanito, así como para evitar que agarrara a su mamá de ídem (no por nada es un objeto con una parte de goma o materia similar en forma de pezón) y evadir que se deschavete en lugares públicos (le encanta gorjear / hablar a grito pelado, lo cual está muy bien en casa, pero luego hay personas a las que puede incomodarles esos ejercicios de vocalización)...

Pero lo más importante de todo es que el chupón nos ayudó a que el fulanito aprendiera a dormir sin necesidad de arrullarlo ni hacer nada más que dejarlo en su camita… Desde los 3 meses duerme sólo y prácticamente sin ayuda…Tan pronto cae, le quitamos el chupete pero se lo dejamos cerca por si él mismo quiere tomarlo de nueva cuenta…

No aceptó al chupón desde un principio, supongo que fue porque sentía la diferencia de textura y forma del pezón de má… Después de probar cuanto chupón simpático y de diferentes formas que se nos atravesó, acepto uno de NUK….

Ahora es un artículo indispensable en la pañalera…Además de apaciguarlo, hace las veces de juguete: el fulanito lo examina, lo pasa de una mano a otra, o de plano lo avienta…