martes, 9 de noviembre de 2010

A batirse!

Los niños aprenden jugando, y en realidad juegan con cualquier cosa que se les atraviese. Al fulanito le basta una cuchara de madera y un vaso de plástico para entretenerse un buen rato. Le encanta mover la cuchara como si hiciera un chocoquik bien espumoso, o puede estar deshaciendo la plastilina en cachitos y guardarlos en un botecito. Es impresionante como hacen uso de su imaginación y se entretienen durante horas con utensilios que jamás consideramos podrían cumplir la función de un juguete. Al fulanito también le encanta mojarse, a la primera oportunidad que tiene y si nos descuidamos, seguro se meterá a la regadera para jugar con el agua que se queda en el piso después del baño, y con la comida ni se diga, le encanta sentir las diferentes texturas, probarlas e incluso escuchar como caen al piso muy a pesar de Má y de las dos abuelas.

Justo hace poco, leía que para que el fulanito entendiera de mejor manera todo aquello que lo rodea, necesita conocer las diferentes texturas, materiales y de dónde vienen. Así que es importante ofrecerles la oportunidad de jugar con cuanta cosa se les ocurra e incluso dejar que el chamaco explore a sus anchas sin importar si se ensucia, si hace tiradero o acaba todo batido de cualquier sustancia que le haya llamado la atención, de esta manera podrá descubrir cómo es y como funciona su entorno.

Así que Má y yo tratamos de animarlo a que juegue con todo sin importar se ensucie un poco, aunque tenemos que confesar que hay que trabajar eso de verlo batido de cualquier cosa para que el fulanito pueda descubrir con todos sus sentidos. Hemos descubierto que el chip de “así son las cosas” que viene programado desde que éramos pequeños aparece, y la sensación de “eso no se hace” con cosas que a nosotros nos permitían aparece para que el patrón de comportamiento prohibitivo se repita… y pues estamos tratando de no refrendarlo en cosas tan inevitables como el que un niño se ensucie… en fin… Encontré una guía muy buena en Baby Center la cual explica como le puede ayudar a su desarrollo el jugar con diversos materiales. Echénle un ojo:

Juegos con agua: Jugar con agua fría o caliente, simple, con burbujas o de colores le enseñará a tu hijo que se vierte, salpica, fluye y se siente fría al final, aunque al principio estuviera caliente. Si sopla, salen burbujas. Algunas cosas que pone en ella flotan, mientras que otras se hunden; se cuela por un colador o entre las manos en forma de cuenco y a través de telas. Tu hijo ajustará su juego a la cantidad que le proporciones, por eso, aunque una piscina es algo fantástico y un baño también, si le pones un recipiente con agua sobre muchos papeles de periódico y le das pequeños contenedores para que llene y vacíe, junto con algunos extras como cubitos de hielo, colorantes para comida o un mango de batir, se lo pasará muy bien también.

Tierra y barro
: Las versiones naturales de estos materiales son tan sucias que generalmente se les dan a los niños sustitutos como la plastilina. Sin embargo, parte del valor único del barro está en su suciedad marrón. Tu hijo necesita ser capaz de disfrutar sin que le riñas la forma en la que se escurre entre sus manos y cómo se puede enrollar, golpear y moldear. Pronto se dará cuenta de que cuanta más agua le añade más pegajoso se pone, que con menos agua es más difícil de manejar y que cuando se seca se pone sólido.

La plastilina comprada o hecha en casa es un material de juego estupendo, pero los niños realmente necesitan usarla además del barro, y no en lugar del barro.


Juego con arena
: La arena "lavada" o "plateada" (no la de construcción que puede contener cemento) enlaza el agua y el barro porque la arena se comporta en parte como la plastilina pero con interesantes diferencias: cuando la arena está seca se comporta como el agua, pero es diferente. Es un sólido que no es sólido y una sustancia parecida al líquido, que no es un líquido. De nuevo, el tipo de juego importa más que la cantidad. Una playa es una maravilla y una caja de arena (con una cubierta para mantener alejados a los gatos) es una compra excelente para el jardín, pero un par de kilos de arena en una bandeja en el garaje, o incluso en la cocina pueden animar un día de invierno. Si no hay arena, un kilo de arroz puede ser a veces un buen sustituto. Proporciona cucharas y contenedores a tu hijo y anímalo a que juegue a "cocinar", porque estos son los primeros pasos hacia el interés por la cocina real.

Piedras y hojas
: Jugar con éstas no le enseñará geología o botánica, tu hijo no está todavía listo para eso. Pero sí que está listo para observar que las piedras brillantes pierden el brillo a medida que se secan, que los juncos verdes se doblan pero al final se rompen y que el mundo está lleno de formas, texturas y criaturas fascinantes.


Así que Má y yo pondremos en practica eso de paciencia sobre todo trataremos de dejar que el fulanito se ensucie todo…aunque he de decir que no se bate tan fácil a la primera, nada más siente las manitas sucias y pide que se las limpien, supongo que mientras vaya descubriendo cada textura y sobre todo encuentre algo divertido en ellas se irá olvidando de la limpieza para comenzar a descubrir las cosas con todos sus sentidos…


Fuente: Baby Center

1 comentario:

  1. Pues que Fulanito tan pulcro, Leo es un desastre, desde pequeñito lo deje jugar con la comida, y hasta la fecha juega con todo y se ensucia bien y bonito, pero nada que un buen baño no pueda arreglar.
    Muy bien por la decisión de dejarle jugar e introducir todas las texturas posibles en sus juegos.
    Saludos.

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