Un buen día al fulanito le llamó la atención el control de la TV, al verlo en el sillón se lanzó por el y comenzó a apachurrar todos los botones al mismo tiempo y no quería soltarlo, mientras tanto su Má y yo veíamos la tele con el menú a media pantalla o subía tanto el volumen que hasta el vecino podía escuchar el programa que veíamos o de plano la tele quedaba con el mute puesto por un rato y es que este chamaco no soltaba el control por nada, incluso llegó a apachurrar y a hacer funcionar nuevamente teclas que ya no servían.
Se nos ocurrió entonces darle un control de los tantos que tenemos y ahí y que ya no utilizamos, así que previamente lavado y desinfectado el fulanito recibió el control y creímos que era lo mejor que pudimos haber hecho porque nos dejaría ver con calma la tele y además podía estar horas clavado en los botones. Nunca pensamos que el chamaco podría reconocer perfecto los controles en casas de los abuelos y menos aún que los quisiera para él, así que ya se echó su primer round con el abuelo por el control y no cedió hasta que lo tuvo en sus manos, y así volvimos al principio: a ver la tele con el menú a media pantalla y con el "mute" puesto durante varios minutos.
Sin duda! Ese fulanito está verificando con sus acciones el poder de tener el control en sus manos. Sus padres no saben aún que pronto llegará el día que los backjardigans y winnie poo lleguen a formar parte de la familia. AAhh que fulanito!
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