Comida por aquí, comida por acá…
Al fulanito le gusta batirse. Antes no soportaba ensuciarse las manos, sabrá que sensación tan extraña percibía que inmediatamente después de sentir cualquier consistencia trataba de quitársela de las manos, por supuesto acompañado de una buena cara de "guachalas".
Nos ha costado más trabajo darle de comer, digamos que el fulanito se ha vuelto muy selectivo con los alimentos, pero a diferencia de hace un par de meses, ahora le ha entrado el gusto por batirse con la comida, le encanta meter la mano al plato y andar paseándola por todos lados y luego agarrar sus juguetes o mi pierna… Descubrimos que la consistencia del alimento infiere en gran medida en que el chamaquito coma o no… si la mescolanza le resulta interesante como para distraerlo lo suficiente podemos aprovechar para darle de comer, como está tan metido en batirse y descubrir la que tiene el plato automáticamente abre la boca y podemos darle varios bocados casi sin que se de cuenta. Así que nuestro ritual para ha cambiado un poco y ahora tenemos que preparar doble plato: uno para que el fulanito meta las manos y otro con lo que comerá.
Esto no le encanta a Má pues tanto el fulanito como yo acabamos batidos, el chamaquito acaba con comida hasta en las orejas porque no falta que se rasque o agarre el cabello y yo al tratar de impedirlo acabo igual de chamagoso que él… y como aun no tenemos periquera, la pobre silla de descanso está llena de cuanta comida podemos imaginar… así que Má ya nos sentencio y en esta semana "sin falta" la periquera (por cierto la que más nos gustó fue la de Chicco porque nos aguantará hasta que el fulano cumpla tres años) ya tendrá que estar en casa…
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