miércoles, 15 de diciembre de 2010

Agenda llena

El fin de semana fueron días de mucho ajetreo para todos, pero más para el fulanito quien tuvo agenda llena. El sábado por la mañana mientras Má se fue a la universidad, el fulanito, sus abuelos y su tío salimos toda la mañana a ver unas cosas que queríamos comprar así que el fulanito anduvo de un lado para otro viendo cosas nuevas y coqueteando con las señoritas que nos atendieron. De plano mientras yo veía unas cosas con mi padre una demostradora se lo llevó así que su tío anduvo tras de ellos cuidando al chamaco. El fulanito les platicaba, señalaba y las mujeres quedaron encantadas, hasta fotos le sacaron! Lo malo fue que no conseguimos descuentos de nada ¡

Ya por la tarde esperamos a sus abuelos maternos para irnos a festejar a su bisabuela, quien cumplió 80 años, así que la festejamos en grande con toda la familia y hasta mariachi le llevaron, el fulanito no bailó con ellos pero si estuvo bien atento durante todo el “chow”. Eso sí, el chamaquito se dio vuelo jugando con dos de sus primos que aunque son más grandes que él no perdió oportunidad de perseguirlos y divertirse un buen rato.

Lo que estuvo padrísimo fue el descubrimiento del pasto por parte del fulanito, antes le picaba y no quería no sentarse pero este fin de semana, mientras sus primos corrían el chamaco se daba unos momentos para tocarlo, sonreír y después arrancarlo para guardarlo en un vaso que llevaba. El fulanito descubre, cada vez de manera diferente, la cantidad de cosas que lo rodean y es riquísimo que nos comparta la admiración y sorpresa que le causan esos descubrimientos.

Regresando a nuestra apretada agenda, ya por la noche llegaron a casa varios cuates para compartir un rato ya que la semana pasada hice mi examen de grado y por fin termine ciclo en la maestría, pero quien se llevó la noche de nuevo fue el fulanito. No sólo andaba con cuanta chava llegó, sino que además se la pasó de un lado para otro compartiéndole sus juguetes, echándose carcajada. Má y yo anduvimos también de un lado para otro así que de repente pedíamos ayuda con el fulanito mientras sacábamos cosas o servíamos algo, lo chistoso del asunto es que quien cuidaba al fulanito de repente se olvidaba que estaba ahí y lo dejaban hacer y deshacer y el chamaquito se aprovecho!

Y así hizo su propia fiesta en la mesa de las botanas. Sacaba las papas de un lado a otro o la echaba en el vaso más cercano, mezclaba los cacahuates enchilados con los salados y los revolvía bien bien con ambas manos, después se tallaba los ojos con las manos llenas de chile por los cacahuates, después de que se le pasaba el ardor de los cacahuates regresaba a darle en la boca papas a quien estuviera a su lado todo esto mientras platicaba … y así anduvo el chamaco en su fiesta privada. La loquera le duró hasta la 1 de la mañana que de plano Má se metió a dormirlo a como diera lugar porque ya andaba como borrachito impertinente por el sueño.

Al día siguiente tuvimos fiesta infantil, los hijos de mi primo cumplieron años y como viven en Mérida vienen aquí a festejarlo con toda la familia, así que los tres con todo y la cruda anduvimos en la fiesta de niños de un lado para otros hablando de chamacos mientras las niñas más pequeñas querían jugar con el fulanito como si fuera su muñeco, querían darle de comer y su mamila por lo que estaba esperando su turno para hacerlo…

De plano nos regresamos temprano a hacer super y descansar. El fulanito acabó rendido y durmió harto temprano después del buen ajetreo que nos echamos el fin de semana.

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